Visita al Museo Nacional de Ciencial Naturales en Madrid

Nuestra visita al Museo Nacional de Ciencias de Madrid ha sido todo un éxito. Ya suponía que a los peques les iba a gustar porque los animales casi nunca fallan, pero no imaginaba que Adrián iba a disfrutar tanto, jaja. Soy de la opinión que para visitar un museo con niños hay que preparar el recorrido, y si son tan pequeños aún más. Creo que es mejor realizar un recorrido corto con sentido, que intentar ver todo el museo. Nuestros peques, por lo general, no suelen aguantar muchísimo tiempo haciendo lo mismo (a no ser que les apasione) y tampoco pueden adquirir tanta información en una sola mañana. Será una mañana más provechosa si vemos dos cuadros bien vistos, que veinticinco a regañadientes. Pero, en este caso, me sorprendió, pues estuvimos tan a gusto todo el recorrido. Adrián y yo nos llevamos nuestras respectivas cámaras de fotos y fue otro acierto, pues el peque aún veía más sentido a la visita.

El edificio está muy bien situado. En el centro de Madrid, en el Paseo de la Castellana, pero con mucho aparcamiento en las proximidades. Zona azul, pero si vais el domingo, no se paga y es muy fácil aparcar en la puerta. Os recomiendo que vayáis temprano, pues como el lógico, sobre las 11h ya hay demasiada gente y los peques se distraen más fácilmente. El edificio donde se aloja el museo, ya de por sí, es interesante, pues fue construido en 1887 y recibe el nombre de Palacio de Exposiciones de las Artes y la Historia.
Os cuento un poquito lo que vimos y entenderéis por qué disfrutaron tanto. Nada más acceder, ya se quedan con la boca abierta, pues podemos ver un elefante a tamaño natural y el esqueleto de una ballena, que encontraron varada en Marbella en el año 2008, colgada del techo. Adrián no daba a basto haciendo fotos.
 
Seguidamente, hay varias salas que recopila la fauna principal de los continentes y la evolución que ha sufrido la misma, para pasar finalmente, a la fauna ibérica.

 

Cuando el número de especias nos empezaba a saturar, decidimos parar a tomar un café y unos zumos, antes de que el cansancio se convirtiera en otra cosa peor. Y justo después, encontramos varias cosas que nos levantó el ánimo y entusiasmó al peque. Un calamar gigante, el de verdad y la reproducción. Sólo hay que ver la carita de entusiasmo de Adrián.
Otra cosa que encantó a Adrián y a mí, fueron los hologramas que podíamos ver sobre una televisión al pone el cartón cerca de la misma. De repente aparecían los dinosaurios y los músculos y huesos de nuestros antepasados prehistóricos. Nos chifló, jaja.
 
Y el no va más, fue el mini museo dedicado a los excrementos de los animales. A Adrián le faltaba tiempo para comentar, reir, preguntar, abrir y cerrar ventanas…..¡Mira mamá, esta es la de conejo! ¡Uaj, que grande la de vaca! Ya sabemos que este tema da mucho juego.

 

Para los adultos os dejo este poema de nuestro genio Quevedo, que dedicó al Pedo, para que os riais un ratito. Nosotros lo hicimos durante la visita, no lo dejéis sin leer. 

 

Finalmente, estuvimos en el museo real, que es un similitud a los primeros museos que podíamos encontrar en los pasados siglos y de los que tan solo disfrutaban muy pocos. Tiene un ambiente muy estático y muy coleccionista. Prefiero los interactivos actuales aunque fue muy interesante conocer más de nuestra historia. A los peques les encantará mirar hacia arriba y ver tantisimos ejemplares en la pared.

 

 

Después hay que salir del primer edificio y entrar en otro que hay al ladito, y que está dedicado a la prehistoria y a la evolución humana. Los peques ya estaban cansados pero al entrar hubo otro subidón al poder disfrutar de las reproducciones de los dinosaurios, sobre todo.
 Por último, y de lo que yo disfruté más que nadie porque me encantan, son los minerales. Hay varias vitrinas dedicadas a ellos, así que me encantó recrearme observándolos. El resto de la familia me esperó en la tienda del museo donde también puedes encontrar gran diversidad de objetos. Nosotros optamos por unos dinosaurios. Nos sirvió la visita para que Adrián empezara a mostrar interés por estos.
¿Qué te ha parecido? ¿Ya lo has visitado alguna vez? Si no lo habéis hecho aún, no esperéis más, pues casi supone un éxito con vuestros peques.