
Museo del Ferrocarril… una visita en estos días de lluvia.
El museo es bastante dinámico pues permite interactuar a los niños, subiendo a los trenes, simulando su conducción o alucinando con las maquetas.
Para explicaros cómo realizamos la visita os dejo un enlace del mapa, para que lo entendáis mejor.
El centro del museo son una serie de locomotoras de vapor, eléctricas, diésel y vagones de pasajeros. Podemos subir a algunos de éstos, imaginar que vamos sentados en un vagón de principios de siglo XX, o que vamos conduciendo una locomotora del XIX. Me gusta este aspecto porque permite un gran aprendizaje sensorial, olores (metal, madera), tacto (dureza para abrir el horno de carbón o el frío del hierro de las locomotoras), la altura de los escalones para poder alcanzar los mandos; Incluso si tomáis algo en el vagón cafetería podréis disfrutar de la decoración de un tren típico de la época, con todo tipo de detalle.
Además de la parte central de las vías, hay salas en los laterales donde se pueden apreciar modelos en miniatura (aquí podéis encontrar más información) de todos los momentos históricos y de todos los tipos; podemos simular la conducción de un tren, o podemos descubrir cómo se realizan las obras ferroviarias.
¿Qué les chifló a nuestros peques?
Los trenes-coche como los llamaba Adrián, pues no entendía que un coche tuviera ruedas de tren para ir por las vías.
A Inés los pasillos tan laaargos paralelos a las vías, en los que pudo caminar sin parar con papá y su hermano.
La sala de los relojes, donde lo más divertido es que nos mantengamos en total silencio para escuchar el tic-tac de los mismos, lo que resulta gratificante.
La Sala de Modelismo, donde las maquetas de los trenes. ¡Son alucinantes! Imagino que años y años de trabajo y perfección. Son 3 maquetas, la más pequeña creo que como la habitación de Inés, jaja, con sus luces, sus trenes en movimiento, sus túneles y puentes y pasos a nivel, sus personitas y coches, sus teleféricos… Adrián no tenía ojos suficientes para absorber tanta maravilla. Como los Reyes Magos le trajeron su maqueta de madera, se le notaba saboreando el momento. Y nada más salir quiso volver a entrar. Si pincháis en las imágenes de abajo os podéis descargar el pdf de cada maqueta para que los peques piensen al verlas.
A mí me gustó esta parte pero también disfruté mucho de la exposición fotográfica de la entrada, ya que la historia me apasiona. En ella, podréis observar la historia gráfica del ferrocarril.
No dejéis de ir… es un gran museo para los peques.
¡Me encanta! estábamos buscando un museo de trenes para poder ir con los niños desde hace meses, pero ninguno nos cogía demasiado cerca y tampoco teníamos feedback de nadie que hubiese ido, pero tu entrada me ha encantado, mis hijos y mi marido son unos apasionados de los trenes, así que a ver cuando programamos una escapada a Madrid 🙂